Tallo sobre la piedra
Las mil y un heridas
Las mil y un caras que no olvido...
Como esculpidas sobre piel, con clavos hirviendo.
Tallo sobre la piedra,
Aquellas noches de fuego ardiente,
aquellas que después de muchos fármacos
No logro olvidar.
Con un cincel, empiezo a grabar
"Perdón" susurro, con cada golpe.
"Perdón"
"Perdón".
Requiere fuerza, romper la piedra...
No es cualquiera quien puede
Pero sé que definitivamente
Yo no me encuentro entre ellos.
Nunca tuve la fe necesaria,
Quizá por eso todos se marcharon.
Pero hay mil y un caras que siempre veo...
Que siempre me persiguen.
"Perdón".
Sé que estuvo mal, no poder darte felicidad.
Siempre fui una egoísta, pero es que
ya he visto muchos huracanes en pleno verano.
"Perdón".
Y el cincel rompe la piedra, una y otra vez...
Dándole forma a aquello que más temo.
Un nombre, una cara, algo que no se olvida tan fácil
Como lo es tallar piedra.
"Perdón".
Mis energías se drenan, se van, como todos los que conocí
Atribuyo esto a mi falta de fe, pero hay más motivos,
motivos ocultos y secretos
Que un cincel jamás va a revelar.
Cosmos en Colapso
Las Diez.
Contemplo su rostro, hundido en la espesura de la noche.
Me dice que mañana todo será diferente, pero he visto este lugar antes...
Sus mejillas rosadas, frías.
Sus ojos, oscuros y muertos
Me susurra a mi oído que mañana todo será diferente
Pero este inverno ha durado ya lo suficiente
Para no recordar las flores rojas del verano.
La lluvia sigue cayendo, el reloj marca las diez...Lleva años marcando las diez.
Su silueta, recortada por la luz artificial del atrio, me susurra que me llevará con Él...
Y digo "¡sí!", y su risa resuena contra las paredes azules de la noche.
Entonces desaparece, dejándome de nuevo en la interminable agonía de las diez.
Tengo que esperarlo, tal y como hacen todos por aquí.
Lo esperan con una bebida caliente, y mucho amor.
¿Por qué Él no se apiada de mi alma?
De nuevo oigo su risa en la espesura de la noche.
No queda más que esperar, en algún momento Él se cansará.
Tomaré mil cafés más, y tacharé días y días del calendario.
Quiero que me lleve, que termine este juego.
Son las diez, y siempre serán las diez.
Me dice que mañana todo será diferente, pero he visto este lugar antes...
Sus mejillas rosadas, frías.
Sus ojos, oscuros y muertos
Me susurra a mi oído que mañana todo será diferente
Pero este inverno ha durado ya lo suficiente
Para no recordar las flores rojas del verano.
La lluvia sigue cayendo, el reloj marca las diez...Lleva años marcando las diez.
Su silueta, recortada por la luz artificial del atrio, me susurra que me llevará con Él...
Y digo "¡sí!", y su risa resuena contra las paredes azules de la noche.
Entonces desaparece, dejándome de nuevo en la interminable agonía de las diez.
Tengo que esperarlo, tal y como hacen todos por aquí.
Lo esperan con una bebida caliente, y mucho amor.
¿Por qué Él no se apiada de mi alma?
De nuevo oigo su risa en la espesura de la noche.
No queda más que esperar, en algún momento Él se cansará.
Tomaré mil cafés más, y tacharé días y días del calendario.
Quiero que me lleve, que termine este juego.
Son las diez, y siempre serán las diez.
Aquí. Allá.
"And if left off dreaming about you..." Through The Looking Glass.
Hoy he despertado. Pero no como despiertan todos.
Soñé, fui soñado, desperté. Soñé que despertaba.
Un cántico resuena por hasta los lugares sin luz, un eco peculiar que hiela la sangre.
Tan hermoso, tan frágil, tan cruel, que me hace llorar.
Y lloré mil y un cosmos, lloré estrellas perladas a más no poder, hasta que el vacío se contempló oscuro y silencioso. Lloré ríos de estrellas, esperando la venida de algo que no vendrá.
Puse un pie en la tierra, y sentí mares y océanos.
Sentí como se hundían mis pies en terreno fanganoso, sin salida, sin poder irme...
Y me quedé allí estancado, viendo las eras del sol y de luna terminar y empezar mil milenios.
¿Qué soy ahora? No soy real, no soy fantasía.
Es ese punto medio entre lo real y lo imaginario que me asusta. Ese punto entre lo etéreo y lo que no es, eso soy.
No existo lo suficiente para existir.
No existo lo suficiente para existir.
Y así me hundo de nuevo en este sueño sin fin
Observando al mismo tiempo sucumbir, frente a mí, sin ningún reparo.
Una eternidad más, una eternidad menos, ¿qué más da?
No voy a salir de este mundo nunca, este mundo que existe pero no lo suficiente para existir.
Este mundo de fantasía verdadera, y falsa realidad.
Este mundo de sombras blancas y luz tenebrosa.
Aquí no hay vida, aquí no hay muerte, no hay tiempo, todo se retuerce a su antojo
Aquí no hay agua, no hay aire, solo un vasto olor a salitre que llega de vez en cuando...
Aquí no hay nada, pero estoy yo.
Hipocresía.
Y así será para siempre, cortando la piel de las viejas heridas y viendo la sangre correr hasta perderse.
No quiero que me veas en la calle y me digas cuanto me extrañaste.
Detesto la hipocresía.
Prefiero que me des un par de miradas extrañas, como si me recordaras de un viejo sueño, me des una sonrisa cálida y desaparezcas....Como si me recordaras de esos viejos cuentos de antaño, esos que solíamos escuchar en las noches antes de dormir.
Evita recordar que dimos todo, tan impuro y corrupto que nos gustó.
Esos instantes ínfimos de maldita soledad, juntos para no estar solos.
Y quizá te recuerde yo también cuando vea la lluvia sobre los campos, deslizándose cuan lágrimas sobre las hojas.
Te recordaré cuando escuche los latidos de un reloj, cuando la brisa susurre a mi oído que todo se va con él, que nada quedará después de una tempestad.
Y no será placentero como suelen terminar esos cuentos antiguos, no tendrán un final feliz, porque volveremos a abrir viejas grietas sobre paredes sin terminar, y nos acurrucaremos en una casa sin techo para intentar ser felices.
Por eso te pido que detestes tanto la hipocresía como yo, porque no queremos engañarnos el uno al otro con falsas memorias en nuestros cerebros...
Es mejor contar los segundos restantes a los que ya pasaron (trata de memorizar eso siempre). Será mejor para ambos si ignoramos el dolor constante que sufren dos almas al separarse.
No quiero que me veas en la calle y me digas cuanto me extrañaste.
Detesto la hipocresía.
Prefiero que me des un par de miradas extrañas, como si me recordaras de un viejo sueño, me des una sonrisa cálida y desaparezcas....Como si me recordaras de esos viejos cuentos de antaño, esos que solíamos escuchar en las noches antes de dormir.
Evita recordar que dimos todo, tan impuro y corrupto que nos gustó.
Esos instantes ínfimos de maldita soledad, juntos para no estar solos.
Y quizá te recuerde yo también cuando vea la lluvia sobre los campos, deslizándose cuan lágrimas sobre las hojas.
Te recordaré cuando escuche los latidos de un reloj, cuando la brisa susurre a mi oído que todo se va con él, que nada quedará después de una tempestad.
Y no será placentero como suelen terminar esos cuentos antiguos, no tendrán un final feliz, porque volveremos a abrir viejas grietas sobre paredes sin terminar, y nos acurrucaremos en una casa sin techo para intentar ser felices.
Por eso te pido que detestes tanto la hipocresía como yo, porque no queremos engañarnos el uno al otro con falsas memorias en nuestros cerebros...
Es mejor contar los segundos restantes a los que ya pasaron (trata de memorizar eso siempre). Será mejor para ambos si ignoramos el dolor constante que sufren dos almas al separarse.
Carta a Dalila
La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón.
Leon Tolstoi.
Dime Dalila, ¿qué te ha pasado?
Parece como si tu rostro se hubiera drenado...
Como esos verdes campos que han sido quemados, así los hilos que sujetan tu sonrisa han sido cortados...
Dime Dalila, ¿qué sientes?
Lo último que supe de ti era que no tenías corazón.
¿Quién ha sido el culpable de semejante cosa?
Debes sentir un vacío, un hoyo oscuro allá donde entra en juego la razón.
Cuéntame, ¿qué estás haciendo?
Deja de darte golpes en el pecho
La roca no puede durar para siempre y no hay pecho que la aguante.
Me han contado que lloras por las noches...
Dime, Dalila, ¿cuántos litros has recolectado?
Esa herida mortal, de quince puntadas, linda Dalila, no tiene sanación, no tiene cura.
Te gusta el teatro, así que dime, Dalila ¿cuántas máscaras has usado?
Innumerables cartones fríos, pintados con sonrisas falsas...contéstame, Dalila, si alguna vez he visto tu rostro verdadero.
Y sé que has pensando en la muerte, Dalila...Las marcas en tu rostro lo delatan.
No contemples la muerte como una amiga, Dalila...Porque Ella no lo es.
¿Qué pasó con aquella sonrisa?
Vientos del oeste, quizá los culpables...
Llévate estas marchitas flores, llévate la culpa que siente la pobre Dalila.
Deja escapar esa pobre ave, dulce Dalila
Las aves necesitan volar, no pueden estar encerradas...
Deja que vuele, libre, fuera de tus garras.
Presagios y augurios misteriosos rodean tu vida
Oh Dalila...Porque nadie es eterno, nadie dura más de un segundo...
Quizá ya va siendo hora de que tú te vayas, dulce alma en pena.
Deja la luz entrar a tu habitación, deja el aire fluir...Deja la sangre subir, deja que esta vida se vaya....
Leon Tolstoi.
Dime Dalila, ¿qué te ha pasado?
Parece como si tu rostro se hubiera drenado...
Como esos verdes campos que han sido quemados, así los hilos que sujetan tu sonrisa han sido cortados...
Dime Dalila, ¿qué sientes?
Lo último que supe de ti era que no tenías corazón.
¿Quién ha sido el culpable de semejante cosa?
Debes sentir un vacío, un hoyo oscuro allá donde entra en juego la razón.
Cuéntame, ¿qué estás haciendo?
Deja de darte golpes en el pecho
La roca no puede durar para siempre y no hay pecho que la aguante.
Me han contado que lloras por las noches...
Dime, Dalila, ¿cuántos litros has recolectado?
Esa herida mortal, de quince puntadas, linda Dalila, no tiene sanación, no tiene cura.
Te gusta el teatro, así que dime, Dalila ¿cuántas máscaras has usado?
Innumerables cartones fríos, pintados con sonrisas falsas...contéstame, Dalila, si alguna vez he visto tu rostro verdadero.
Y sé que has pensando en la muerte, Dalila...Las marcas en tu rostro lo delatan.
No contemples la muerte como una amiga, Dalila...Porque Ella no lo es.
¿Qué pasó con aquella sonrisa?
Vientos del oeste, quizá los culpables...
Llévate estas marchitas flores, llévate la culpa que siente la pobre Dalila.
Deja escapar esa pobre ave, dulce Dalila
Las aves necesitan volar, no pueden estar encerradas...
Deja que vuele, libre, fuera de tus garras.
Presagios y augurios misteriosos rodean tu vida
Oh Dalila...Porque nadie es eterno, nadie dura más de un segundo...
Quizá ya va siendo hora de que tú te vayas, dulce alma en pena.
Deja la luz entrar a tu habitación, deja el aire fluir...Deja la sangre subir, deja que esta vida se vaya....
Tormentas.
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.
Khalil Gibran.
Han anunciado fuertes tormentas para hoy...Quisiera saber que pasó por su mente cuando nos dijeron eso....sabía que no podía mentir al respecto, pues ambos sabíamos que no podemos rescatar algo de lo que fue nada alguna vez.... Y me miró, con ojos tristes y opacos, susurró algo que hasta hoy no entiendo y salió bajo la lluvia maldiciendo, y yo nada más miré como iba dejando lo que mas quiso atrás, y no me incluyo en eso. Desde ese entonces y hasta hoy, maldigo lo bueno porque no es eterno, y lo eterno muere algún día, con o sin nuestro conocimiento
De La Muerte como agente de inicio y fin
Antes de que Ella me lleve lejos...
Si pudiera rezar como lo hacía antes, si tuviera la fe...Pero sé que no piensas en nada, y como dijeron los grandes, se puede vivir sin pensar...Todas las paredes que te rodean, todos esos caminos sin salida, te ahogan lentamente...Y yo lo sé, porque lo sé...Y tengo que fingir que no lo hago, por mi bien y el tuyo...Porque conforme las sombras de la luna avanzan, avanza también algo extraño que nos rodea, una atmósfera de bailarines sin rostro que bailan sin música, que bailan solamente porque quieren...Y entiendo que no quieres avanzar, estos caminos son peligrosos, llenos de barrancos por los que Ella acecha.
Pero a fin de cuentas, ¿qué te espera por delante? Solo nublados tiempos llenos de tempestades, porque seamos sinceros, el espacio no solo se llena con materia...Y si simplemente pudiera rezar como lo hacía antes, llena de fe...
Canta mi nombre, cantalo como solías cantar el de Ella...
Si pudiera rezar como lo hacía antes, si tuviera la fe...Pero sé que no piensas en nada, y como dijeron los grandes, se puede vivir sin pensar...Todas las paredes que te rodean, todos esos caminos sin salida, te ahogan lentamente...Y yo lo sé, porque lo sé...Y tengo que fingir que no lo hago, por mi bien y el tuyo...Porque conforme las sombras de la luna avanzan, avanza también algo extraño que nos rodea, una atmósfera de bailarines sin rostro que bailan sin música, que bailan solamente porque quieren...Y entiendo que no quieres avanzar, estos caminos son peligrosos, llenos de barrancos por los que Ella acecha.
Pero a fin de cuentas, ¿qué te espera por delante? Solo nublados tiempos llenos de tempestades, porque seamos sinceros, el espacio no solo se llena con materia...Y si simplemente pudiera rezar como lo hacía antes, llena de fe...
Canta mi nombre, cantalo como solías cantar el de Ella...
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