Hipocresía.

Y así será para siempre, cortando la piel de las viejas heridas y viendo la sangre correr hasta perderse.
No quiero que me veas en la calle y me digas cuanto me extrañaste.
Detesto la hipocresía.
Prefiero que me des un par de miradas extrañas, como si me recordaras de un viejo sueño, me des una sonrisa cálida y desaparezcas....Como si me recordaras de esos viejos cuentos de antaño, esos que solíamos escuchar en las noches antes de dormir.
Evita recordar que dimos todo, tan impuro y corrupto que nos gustó.
Esos instantes ínfimos de maldita soledad, juntos para no estar solos.
Y quizá te recuerde yo también cuando vea la lluvia sobre los campos, deslizándose cuan lágrimas sobre las hojas.
Te recordaré cuando escuche los latidos de un reloj, cuando la brisa susurre a mi oído que todo se va con él, que nada quedará después de una tempestad.
Y no será placentero como suelen terminar esos cuentos antiguos, no tendrán un final feliz, porque volveremos a abrir viejas grietas sobre paredes sin terminar, y nos acurrucaremos en una casa sin techo para intentar ser felices.
Por eso te pido que detestes tanto la hipocresía como yo, porque no queremos engañarnos el uno al otro con falsas memorias en nuestros cerebros...
Es mejor contar los segundos restantes a los que ya pasaron (trata de memorizar eso siempre). Será mejor para ambos si ignoramos el dolor constante que sufren dos almas al separarse.