Deberías verme ahora, que lástima...
porque mis alas rotas y desgastadas
no realizan el menor vuelo.
Ellas duelen, queman y desgastan
como pesadas cargas
que debo llevar para siempre.
Y si tú eres la jaula
¿Quién soy yo entonces?
¿El ave atrapada adentro, o la llave que la encierra?
Perfecta combinación para una letal solución
Que puede terminar tanto bien como mal.
La ventana abierta presume ante mí la libertad
que tanto ansío desde que te conocí
el viento me mece con su suave baile, una y otra vez
hasta que finalmente, me duermo al son de un vals.
Cada mañana despierto, el sol me abraza con sus rayos
pero por dentro es solo otra tempestad
otra marea alta que me lleva a naufragar.
Las nubes suaves solo aumentan mi deseo de volar
pero esta jaula es demasiado pequeña para mis alas.
Así que espero el día en que yo me convierta en la llave
que me de mi preciada libertad.
Sigo esperando poder darte razones para irme,
para estirar mis maltrechas alas a la luz de sol,
para finalmente emprender un último vuelo
antes de que mi cuerpo se hunda en el ancho mar
como otro simple animal.
